Google Glass: Una mirada al futuro

Pueden decirse muchas cosas de las grandes empresas, buenas o malas, pero lo que nadie puede negar es que la mayoría de los empujones que hacen avanzar el mundo las dan ellas. Un nuevo caso lo hemos podido comprobar hace pocos días con el anuncio por parte del todopoderoso Google de su nuevas Google Glasses. Las gafas de los de Mountain View prometen cambiar la manera en que todos interactuamos con la red a día de hoy, y dar un paso más en lo que a realidad aumentada se refiere. Si Internet ya parecía totalmente integrada en nuestra forma de vida, el nuevo dispositivo de la compañía de Sergey Brin y Larry Page, promete dar un paso enorme en lo que a eso se refiere.

Las opciones de este nuevo dispositivo son por ahora pocas, pero como siempre ocurre en estos casos, la mirada al futuro no puede ser menos que espectacular; con el conocimiento, seguro, de que las cosas irán a más hasta límites que a día de hoy no somos capaces de imaginar. Sólo con pensar en sustituir el mirar cada pocos minutos el móvil por hacerlo directamente mientras paseamos promete ser algo indescriptible: Consultar el correo, buscar en Google Maps, acceder a redes sociales, buscar información de cualquier tipo mientras miramos un museo o interactuamos con alguien, acceder a nuestros propios documentos guardados en la nube… Las posibilidades parecen tan infinitas, tan de ciencia ficción, que uno no puede menos que sentirse ilusionado por lo que se nos viene encima. Como ya se hizo hace años y como se empeñan en hacer cada poco las grandes empresas informáticas (auténtico motor del desarrollo humano en los últimos años), Google parece decidida a cambiar el mundo.

Sin duda aparecerán problemas y dudas: Precio no adecuado para todos los bolsillos, sobreinformación del dispositivo, posibles casos de adicción a Internet, dudas de custodia documental y muchos más. Pero la realidad es que, para bien o para mal, el ser humano sigue avanzando, sigue creando, sigue rompiendo esquemas y reglas. Es responsabilidad de cada uno vivir su vida de la manera que considere lo mejor posible, pero no hay duda de que estos avances, pequeños pero continuos marcan una pauta clara: El ser humano parece no tener límites. Y eso sí es una gran noticia.